Los
muros pueden estar construidos por tantas cosas, los más difíciles de
sobrepasar son los que están hechos de miedos, prejuicios (sobre todo ajenos),
pesimismo junto a su horrenda familia que se encarga de torturar ilusiones.
Con
cada embestida se van desquebrajando los temores, y entre las grietas florece
la esperanza, y la sangre derramada ante el golpe es benéfica, hace que surja
una nueva.
Desde
temprana edad escucho la expresión “golpearse contra la pared” como algo de
connotación negativa.
Esas
paredes pueden ser hologramas reflejados por incertidumbres y encasillamientos
ajenos, que nada tienen que ver con la naturaleza de uno.
¿Porque
deberíamos aceptar seguir con una vida en la que los sueños se vean cercados,
con cercos que impiden su crecimiento y correcto desarrollo?
Yo creo
que si es para persistir frente a las adversidades, las contras (que muchas
veces son prejuicios más que veracidades), entonces
golpearse contra la pared, es
una excelente manera de enfrentar la vida.